La madre y la vida van unidas, no existen la una sin la otra. Sanar el vínculo con ella es el mayor regalo que nos podemos hacer a nosotrxs mismxs. No importa la madre que te “tocó”, es el mater-ial del que estás hechx y tu conexión con la vida.
Guardar resentimiento a nuestra madre nos va a llevar a sabotear inconscientemente nuestro éxito puesto que la mejor manera de demostrar lo mal que lo hizo es fracasando. ¡Es como querer dañar a alguien y tomarte tú el veneno!
Aceptar y tomar a la madre es tomar la vida sin juicios y sin reservas. Es un Sí a la vida, al cuidado, la nutrición, la ternura, la amabilidad, la abundancia. Decir Sí a la madre es decir Sí a un amor más grande por ti mismx.
Las constelaciones familiares son la mejor herramienta que conozco para sanar este vínculo primordial con la vida, lo cual no impide que unx mismx no pueda utilizar herramientas como la carta que te comparto a continuación a modo de meditación y compromiso con tu voluntad de sanar.
Carta para sanar el vínculo con mamá
Mamá, necesito sanar mi relación contigo para poder vivir mi propia vida en paz y armonía.
Tú eres el canal que elegí para vivir esta experiencia física. Te escogí porque eras justo la madre que necesitaba. Gracias mamá, lo hiciste perfecto.
Mi niñx heridx ha estado muy resentidx contigo durante todos estos años. Te cerré mi corazón desde hace mucho tiempo, pero eso me ha mantenido apartadx del amor y atadx a un dolor que ya no quiero en mi corazón.
Me alejé de tí para evitar sentir el dolor, pero el dolor de no sentirme amadx tal y como soy, de no sentirme suficiente, me ha hecho ir por el mundo buscando un amor y aprobación que nadie podrá nunca darme, exigiéndome y exigiendo algo imposible.
He vivido manipulando para conseguir amor a través de portarme bien, dar de más, aparentar, buscar aprobación, permitir abusos, aferrarme a lo que me hace daño, permanecer demasiado tiempo, lograr reconocimiento profesional, acumular posesiones, sufrir por la opinión de los demás…
Hoy reconozco y tomo responsabilidad del/la niñx heridx que hay en mí y aprendo a darle todo el amor y aceptación que no recibió de la forma que esperaba.
No digo que fuera fácil ni que no dolió, pero no soy tu víctima. Sé que lo hiciste lo mejor que podías con lo que tenías y sabías. Ahora soy libre y adultx para crecer, evolucionar y reconciliarme contigo.
Necesito reconectarme contigo porque es a través de tí como me reconecto con la vida y con toda mi fuerza interior.
Pido a la vida que me ayude a ver la mujer que eres sin juicios, respetar todas tus decisiones y aceptarte tal y como eres sin que me duela.
En la medida que te acepto, me reconcilio conmigo mism@, porque tú eres la semilla de donde parto y la que me permite desplegar todo mi potencial. Yo estoy hechx de ti, vengo de ti. Tu eres el mar y yo el río que nace de ti. Me rindo a tu grandeza ahora, igual que me rindo a la vida.
‘Mamá tu y yo somos unx” ‘Mamá tu y yo somos unx” ‘Mamá tu y yo somos unx”
Puedo alejarte de mi vida, pero no de mi corazón.
Te honro y te respeto tal y como eres. Gracias por darme la vida. Honro tu vida tal y como ha sido. Honro mi vida tal y como es.
Sano cuando dejo de querer cambiarte. Mi energía ya no está en eso, estoy enfocad@ en vivir mi vida. La vida que me pertenece.
Elijo aceptarte en mi corazón con todos tus defectos y virtudes, sin expectativas, sin esperar que cambies, ni que lo veas, ni me lo reconozcas. Lo hago por mí.
No me quedo atascadx en resolver tus problemas. Te dejo con tu propias cargas porque sé que tú puedes con todas las circunstancias que has elegido en tu vida.
Me libero de todas tus cargas que no me corresponden para enfocarme en mi vida, en mis proyectos, en mis anhelos. Veo más allá y mi niñx interior empieza a calmarse.
Desarrollo mi amor propio y mi corazón se llena de gozo. Ya no estoy sedientx de amor, cariño, reconocimiento, aprobación y atención.
Tomo la Vida. Te honro y te bendigo madre. Te pido permiso para hacerlo diferente a ti, para hacerlo a mi manera. Estoy list@ para cambiar la historia de todo nuestro linaje y descendencia. Mis triunfos y mi éxito serán también vuestros.
Te prometo que voy a ser una persona feliz, que voy a amarme más que a nada en este mundo y voy a disfrutar mi vida al máximo. Que creeré en mí y seré consciente de lo hermosx, talentosx y maravillosx que soy. Que siempre voy a rodearme de personas que me amen, me respeten, me valoren y me den mi lugar. Que voy a hacer mis sueños realidad desde mi mayor gozo, libertad, pasión y aprecio. Que viviré en abundancia, conectadx con mi guía interior, tomando las mejores decisiones para mí.
Madre me siento feliz de ser quien soy, me amo con todo mi corazón y disfruto inmensamente estar vivx. Gracias por traerme a este mundo.
Te amo, me amo.
Esta carta puede ser un buen inicio del camino hacia la aceptación, la autoestima y la paz en tu vida.
No importa si tu madre fue, a tus ojos, un ángel o un demonio, si está viva o muerta, si tenéis trato o no os habláis siquiera. El vínculo del corazón no muere jamás.
Mi recomendación es que te comprometas a escribirla con tu propia letra y leerla o escucharla (la grabas con tu voz) cada día durante 21 días consecutivos.
Sé que para algunas personas es difícil comprender que tuvieron a la madre perfecta por lo duro de las circunstancias.
En realidad, esa dificultad le da más valor a su vida y a quien son, y no menos. En ese caso o si hay cualquier dificultad al realizar este ejercicio, puede ayudar mucho realizar una constelación familiar para comprender y poner orden en tu sistema familiar y que la vida y el amor puedan fluir hasta ti con mayor facilidad. Así podrás ocupar el lugar que te corresponde y desarrollar todo tu potencial y disfrutar de la vida que mereces.